El llevar a cabo mis planeaciones, en las cuales estructuro y organizo los contenidos, PDA, materiales, herramientas y actividades; han tenido resultados favorables en la organización del tiempo y los recursos que como docente utilizo para lograr un ritmo de trabajo y resultados más homogéneos en los estudiantes. Recordar que los ajustes razonables son válidos y necesarios en este tipo de documentos que deben tener “viveza” y no utilizarlas únicamente como un requisito administrativo.
Como docente, he observado que uno de los principales desafíos en el aula es asegurar que todos mis estudiantes avancen de manera homogénea en su aprendizaje. La realidad es que, aunque trato de planificar mis clases de forma anticipada basado en los intereses y contexto de los educandos, la diferencia en sus ritmos de aprendizaje es notoria; esta diversidad, aunque tiene su lado positivo, también representa un obstáculo en cuanto a la organización del tiempo y la gestión de los recursos didácticos.
En muchas ocasiones, algunos alumnos se quedan rezagados mientras que otros avanzan o concluyen sus actividades de manera anticipada, generando desigualdad en su proceso de aprendizaje.
La falta de una planeación adecuada en la que consideremos los recursos, intereses, contenidos, tiempos, así como las diferentes necesidades de los estudiantes puede favorecer el aumento de la desigualdad, afectan el desempeño académico, la motivación y la confianza de los alumnos que requieren más apoyo. Por ende, si no logro organizar de manera eficiente el tiempo en el salón de clases y los recursos pedagógicos, se corre el riesgo de que algunos no alcancen los objetivos planteados al inicio del ciclo escolar; en este sentido, Comenio menciona que es necesario:
Que el método didáctico contenga períodos de trabajo y de descanso, con algunos espacios de tiempo para honestas diversiones. El trabajo está distribuido para cada año, cada mes, cada día y aún cada hora; y si con rigor se observa esta distribución, con toda seguridad podrá recorrer cada clase el curso de su trabajo anual y llegar al lugar designado cada año (p. 128, 1998).
Así pues, para garantizar que todos los estudiantes avancen a un ritmo más equitativo y con resultados balanceados, como profesor considero fundamental que debo planificar las clases de manera ordenada, organizada, asignando tareas específicas para cada momento y contemplando las características e intereses de los niños, esto sin dejar de lado tiempo para actividades de ocio, tales como: pausas activas, actividades para iniciar bien el día o juegos para abordar los diversos temas y no atiborrar a los estudiantes de ejercicios donde pierdan el interés; apoyando a quienes lo necesiten, sin obstaculizar a los que van a un mayor ritmo.
Para garantizar que todos los estudiantes avancen a un ritmo más equitativo y con resultados balanceados, como profesor, tengo que planificar las clases de manera ordenada, organizada, asignando tareas específicas para cada momento y contemplando las características e intereses de los niños, esto sin dejar de lado tiempo para actividades de ocio, tales como: pausas activas, actividades para iniciar bien el día o juegos para abordar los diversos temas y no atiborrar a los estudiantes de ejercicios donde pierdan el interés. Recordemos que el juego, así como el uso de herramientas novedosas atraerán la atención de los niños logrando un aprendizaje significativo.
En ello, la pregunta más compleja es cómo lograr el aprendizaje lo más homogéneo posible en nuestros niños, donde algunos obstáculos son: la falta de interés o mala actitud de varios alumnos, el poco o nulo apoyo de algunos padres de familia, el conocimiento o uso de las TIC´s y el bajo dominio del nuevo Plan y Programa de Estudios de algunos docentes. Por ende, Vygotsky hace referencia que como profesores: “Debe ser admitida una ‘interacción’ de los conceptos espontáneos y los aprendidos […] la educación formal podría avanzar más que con los métodos empleados hasta ahora a partir de una utilización sistemática de la evolución mental espontánea del niño” (1995, p.122). Con esto, es importante, promover la interacción entre los aprendizajes espontáneos de los niños y los conceptos científicos; si utilizo la unión de éstos conocimientos, permitirá que mis clases sean interesantes, diversas y motivadoras; sin olvidar el uso de materiales y recursos que abonen a sus intereses, alcanzando los propósitos, objetivos y una enseñanza más equitativa.
Otra de las aportaciones que Vygotsky menciona, fue que la: “‘Escuela activa’ que intenta crear situaciones, que, aunque no son ‘espontáneas’ en sí mismas, incitan a una elaboración espontánea por parte del niño, si se las maneja de forma que despierten su interés” (1995, p.123). Esto me recuerda, que muchas veces uno como docente cree que la espontaneidad es sinónimo de total libertad, pero mi labor se encuentra en crear situaciones intencionadas que despierten la curiosidad en el alumnado.
En este sentido, debo crear un entorno en las clases activa, que despierte el interés de los estudiantes en conjunto con los aprendizajes previos; ya que éstas estrategias e interacciones facilitan el progreso del aprendizaje, permitiendo que todos avancen de manera más homogénea.
A su vez, debo tomar en cuenta el uso de materiales tanto visuales como concretos para el alcance de los aprendizajes significativos y la homogeneidad de los mismos. Por consiguiente, Comenio cita que: “Reportará gran utilidad que el contenido de los libros se reproduzca en las paredes de la clase, ya los textos (con enérgica concisión), ya dibujos de imágenes o emblemas” (1998, p. 70). Por esta razón, como profesor debo utilizar materiales visuales, pero también complementarlo con materiales concretos que faciliten, motiven y cautiven la atención de mis educandos; disminuyendo la interferencia en los tiempos efectivos de clase, facilitando la realización de actividades, el avance del grupo de manera más homogénea y proporcionando aprendizajes significativos. Así pues, es tarea de uno como docente el vigilar e intervenir de forma oportuna, incitando y motivando a los alumnos a cumplir sus tareas con entusiasmo.
En conclusión, la planificación de las clases es esencial para que mis estudiantes avancen de forma equilibrada, pero sin olvidar dejar espacio para el juego y la curiosidad; el uso de materiales visuales y concretos es un complemento favorable en la adquisición de aprendizajes significativos y homogéneos en los niños. La clave está en ser prudentes, encontrar el equilibrio entre el cumplimiento de lo solicitado por la autoridad escolar y la flexibilidad que esta debe tener, atendiendo las necesidades en su implementación, y buscar que éstas realmente guíen al alumno y no lo desmotiven, evitando la improvisación.
Referencias:
Comenio, J. A. (1998). Didáctica Magna. Porrúa. (Original publicado en 1632).
Vygotsky, L. S. (1995). Pensamiento y lenguaje: Teoría del desarrollo cultural de las funciones psíquicas. (M. M. Rotger, trad.). Ediciones Fausto.