Como cada mañana de lunes me encuentro a las 7:15 am. en el punto de encuentro con mis compañeras de viaje, preguntándonos: ¿a quién le toca la semana el auto?, ¿es mi semana de guardia o la de otro compañero viajero?, ¿de qué hablaremos hoy en el camino?, éstos y otros cuestionamientos surgen desde el momento que salgo de mi casa.
Nos subimos al carro del compañero que le corresponde según el rol indicado en nuestro grupo de WhatsApp “Rol de viaje”, para después ponernos al día en charlas laborales y personales. Ahí, quien asume el papel de copiloto (los foráneos lo entenderán), así como quien le toca en la parte trasera en medio, saben que conlleva el estar atentos a la carretera para apoyar a quien conduce, reconociendo de memoria los baches, lugares dónde rebasar y claro, en el caso del copiloto ser el encargado de poner o cambiar la música.
Al llegar a la escuela (7:40 am. o un poco antes), nos reunimos en la dirección para degustar de un “coffee break”, en lo que se da la hora para ingresar a nuestras aulas; ahí es donde damos continuidad a la plática “viajera”.
El día de hoy, desde que nos subimos al automóvil, las preguntas detonadoras de una charla amena y conjunta fue “¿cómo han evolucionado los LTG y qué tan útiles siguen siendo en nuestro día a día como maestros?”, la cual se prolongó al llegar a la escuela y entrar a la dirección. Recordemos que los LTG, se empezaron a producir en los años 60, siendo compañeros inseparables de miles de generaciones de estudiantes y docentes; donde, a lo largo de los años, han cambiado en contenido, diseño y propósito, y recientemente, con la Nueva Escuela Mexicana (NEM), han adoptado un enfoque más contextual y comunitario donde el trabajo por proyectos (aula, escuela y comunidad) es el punto clave. Pero la pregunta queda en el aire es: ¿realmente son útiles para nuestra práctica docente?
Entre risas, pan, café y uno que otro disgusto, algunos compañeros comentaron que tratan de darle un uso efectivo a los libros, pero consideran que los del Plan y Programas de 1993, así como los del 2011 eran más prácticos, ya que éstos solían ser claros, organizados y fáciles de integrar en las planeaciones, eran como un mapa bien trazado que guiaba tanto a los profesores como a los estudiantes. En contraste, los LTG de la NEM, aunque innovadores, parece que el camino para su implementación no siempre es tan directo, se pierde el rumbo de los contenidos, donde se proponen proyectos en los que pocas veces son aplicables al contexto en el que se trabaja y sugieren 4 proyectos a la par (uno por cada campo formativo, antes asignaturas).
En referencia a la creación de estos materiales, Ixba menciona que:
El 12 de febrero de 1959, el presidente Adolfo López Mateos creó, por decreto, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) […] esta iniciativa tenía como fundamento el mandato constitucional de proporcionar a los mexicanos una educación obligatoria y gratuita. La gratuidad sólo sería plena cuando los alumnos de las escuelas primarias recibieran, sin costo, los libros indispensables para sus estudios y tareas (2013, p.1190).
Esto, sin duda, marcó una diferencia en la equidad educativa; no obstante, la cuestión ha sido desde su creación en relación a la parte docente el cómo utilizar los libros de manera efectiva. Para ello, la NEM ha introducido nuevos enfoques con énfasis en proyectos comunitarios y aprendizaje significativo; para esto un compañero mencionó que, aunque son interesantes, siente que les falta mayor estructura, ya que no solo los niños se pierden sino también los maestros. Y ello es muy cierto, adaptar los nuevos contenidos a nuestras planeaciones implica un aprendizaje adicional para nosotros como docentes, además de tiempo extraescolar, uso de TIC´s y principalmente el apoyo de los padres de familia. Esto, aunque no es necesariamente malo, requiere una constante actualización y capacitación de los profesores, aunado a un mayor uso de herramientas complementarias.
Además, citado por Ixba: “Por primera vez en la historia de México no habría distingos entre niños de escuelas primarias públicas y privadas, rurales y urbanas; cuando menos no en el material educativo que el Estado se propondría entregar” (2013, p.1190).
La idea de que todos los niños, sin importar si están en una escuela urbana, rural, pública o privada, tengan acceso al mismo material educativo, es sin duda una propuesta ambiciosa en la cual, como siempre, hay puntos que ajustar y retos que enfrentar. Sin embargo, también creo que es un paso que puede ayudarnos a romper algunas de las barreras que han marcado a nuestra educación.
Por otro lado, no podemos ignorar que existe un avance en la inclusión; ya que los LTG actuales integran materiales en formatos especiales, promoviendo una educación más equitativa. Como señala Canal Once (2022), existen:
Diferentes formatos en los que están elaborados los libros, pensando en que puedan llegar a todos y ser leídos por todos, por ejemplo, los de educación indígena, se editan en 64 lenguas diferentes […], en formato macro tipo […] y libros en sistema braille. (Canal Once, 2022, 14m33s)
Aunque todavía queda mucho por hacer para que estos materiales lleguen y se utilicen de manera efectiva en todas las comunidades y en cualquier contexto; para esto, es fundamental que como educadores conozcamos, utilicemos y nos actualicemos en el uso de los mismos, apoyados de las familias de nuestros educandos para alcanzar los propósitos, objetivos y metas trazadas.
En ese momento, se ve entrar a la maestra de guardia para dar el timbre y entrar a los salones, fue entonces donde una de las compañeras tomó la palabra para concluir nuestra charla debate, en la que primeramente las pláticas viajeras y el coffee break no faltaron al ser punto medular para iniciar nuestra jornada con una mejor actitud; pero en relación a lo comentado, todos coincidimos en que los LTG siguen siendo una herramienta esencial, pero su efectividad depende de cómo se utilicen y del apoyo que recibimos como docentes para aprovecharlos al máximo, donde hay quienes prefieren los libros de generaciones anteriores por su claridad, y otros ven en los nuevos un potencial transformador aunque desafiante.
A fin de cuentas, nuestra labor docente es tomar lo que tenemos y hacer que funcione con nuestros alumnos. Estas herramientas no son solo libros, sino un reflejo de las aspiraciones de un mejor país, uno más educado, más equitativo y más inclusivo; sigamos trabajando juntos y mejorando el camino; porque al igual que este viaje a nuestra escuela, la educación es un trayecto lleno de retos, pero también de grandes recompensas.
Al final del día, todo vuelve a lo mismo, necesitamos ser creativos, encontrando las herramientas y estrategias que funcionen para cada grupo, logrando ese aprendizaje significativo que tanto buscamos. ¡Y vaya que es todo un reto!
Referencias bibliográficas:
Canal Once. (2022, 7 de septiembre). Especiales del Once-Libros de texto gratuitos, sembrando la semilla de saber . YouTube https://www.youtube.com/watch?v=hcdO-XNGwHU
Ixba Alejos, E. (2013). La creación del libro de texto gratuito en México (1959) y su impacto en la industria editorial de su tiempo: Autores y editoriales de ascendencia española. Revista mexicana de investigación educativa, 18(59), 1189-1211. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-66662013000400008